miércoles, 25 de agosto de 2010

Al fin llegaste.

Era mi cumpleaños número 29, el último año de juventud -según mi padre (¿Qué en paz descanse?)- Tenía planeado salir con mis amigos a beber algo y despedir a mis desgraciados 28. No, no habían sido los mejores, debo ser sincero, creo que podría hacer una lista acerca de eso.
Empezando, por la muerte de mi padre, de mi gato y haber dejado las sustancias ilícitas, mal año, el peor de todos. Digo, ¿Qué clase de padre se muere y me deja como última voluntad que deje lo único que puede extraerme de mi mierda de vida?, Veamos.. ¡El mío! O... ¿Qué clase de gato, abandona a un dueño tan bueno como yo, por una gata que ni siquiera sabe cruzar la calle?, Permito adivinar, ¡El mío! Está bien, soy una persona con mala suerte, un hombre con mala suerte...Si es que existe.
Ya eran las 10, salí de casa, a un bar cercano, iríamos ahí, es cómodo. Había ido antes. Bajo del auto y soy sorprendido con serpentinas y challas, variados gritos de congratulaciones, sonrío; Me alegra la idea de dejar los malditos 28.
Entramos entre bromas y empujones, elegí una mesa central, junto a nosotros, algunas otras, ocupadas. Mis acompañantes se fijaron que en la continua, había un grupo de mujeres. Comenzamos a beber Vodka, Whisky, cosas fuertes, cosa de no emborracharme, prefiero alucinar a vomitar.
Las mujeres de en frente, nos invitaron a su mesa, indicaron que tenían entrada al salón VIP, nunca entendí muy bien para que servía eso, por lo que acepté la invitación de ir a conocerlo, como yo era el festejado, todos me acompañaron.
Una rubia estilizada entrelazó su mano con la mía y me dirigía por una de las escaleras, en el salón de las personas importantes habían unos cuantos bebiendo, otros charlando. Me senté en un sillón con la chica pegada a mi brazo, hablaba cosas que no le entendía muy bien -Estaba ebria- por lo que se me hizo muy aburrida, comencé a mirar alrededor, hasta encontrarme con una curiosa imagen, una chica, con una jeringa en el brazo, inyectándose Heroína, de seguro era eso, estaba acompañada por dos hombres y otra mujer que reía sentada en el suelo, su rostro (Que era precioso) se compungió de placer, tenia el cabello negro alborotado y su piel era tan blanca como su polera, la observé mucho rato, mientras la rubia de mi lado no dejaba de hablar. Cuando la hermosa drogadicta del frente me mostró sus grandes ojos azules, le sonreí, ella se mordió el labio inferior y me sonrió ampliamente, me excusé con mi improvisada pareja que debía ir al baño, para luego hacerle una seña a la morocha para que me siguiera.
Me miré en el espejo del baño, haciendo tiempo, esperando ilusionado que ella llegara, pero nada, suspire frustrado y salí. Sería mejor ir a casa ''Pensé que bromeabas'' murmuró una voz desconocida pero deliciosa, volteé y era ella, de cerca era un sueño. Tomé su mano y la saque del lugar, la conduje a mi auto, fui hablándole en el camino a mi casa, tonteras no sabía muy bien que decirle, veía en esa desconocida todo lo que había buscado.
Se sentó en el suelo del living y vació su bolso, busco algo y estiró su brazo, tenia una pastilla entre sus manos, dudé en recibirla ''Tómala'' murmuró sonriendo, me acerque y la recibí, igual que su cuerpo entre mis brazos, minutos después. En que recibía un perfecto regalo de cumpleaños, uno que espero. Dure el resto de vida que me queda.