Las grandes puertas se abrieron empujadas por unas manos fuertes, los pasos fuertes se acercaban hasta las primeras banquillas, a su lado encontro a una joven con los ojos cerrados pidiendo al cielo su redencion, su sexto, quisas quinto sentido le hacia oir el rose de sus muslos y de sus labios susurrando palabras que poco le importaba saber